miércoles, 29 de octubre de 2014

Práctica 1 - 05 - aspectos voluntarios de estudio

Aspectos voluntarios de estudio:



Lo público, lo común (comunidad, commons)

Individual, privado, íntimo..

Derecho a la vivienda, derechos a la ciudad

Idea del habitar




-En estos dos proyectos vemos un objetivo común principal: conseguir lo máximo con lo mínimo. Es decir, Guallart se propone optimizar el espacio, ofreciendo en un espacio reducido las ventajas de uno mucho mayor. Así consigue reducir considerablemente el precio de la vivienda. En el proyecto Sharing Tower, los clientes potenciales son personas en riesgo de exclusión social, personas que tienen dificultades para acceder a una vivienda digna. Se les ofrece que, adquiriendo solamente una vivienda de 25m2, obtendrán un espacio útil de 100 m2.

Algo parecido ocurre en el loft valenciano. Se trata de un espacio dinámico, en el que las distintas acciones del habitar se superponen gracias a los movimientos y distintas posiciones del mobiliario.

Con estos ejemplos, el arquitecto busca no solo que todo el mundo tenga más facilidades para acceder a una vivienda, sino que sea una vivienda de calidad.

En cuando a la ciudad, la Sharing Tower se engloba en un proyecto mayor, sociópolis . Un proyecto que estudia las posibilidades del hábitat compartido y trata de adaptarse a las necesidades de un grupo social con riesgo de exclusión social. Este proyecto plantea una “ciudad abierta” (urbano, equipamiento y zonas verdes estén aunadas) en donde la interacción entre habitantes sea el eje de la distribución de sus edificios.

También en el Metropolitan loft se tiene muy en cuenta la relación con su entorno, pero en este caso se trata de un entorno natural. El análisis del paisaje y sus elementos naturales es de hecho el origen del proyecto, al igual que el de una calle o de un sector urbano está en la ciudad. Estas obras ejemplifican cómo los arquitectos pueden influir e incluso llegar a solucionar con sus ideas problemas como es el de la vivienda. Tener un hogar es un derecho fundamental y una necesidad del ser humano. Es deber del arquitecto hacer aportes a la sociedad y tratar de suplir carencias como estas, para mejorar la ciudad y la calidad de vida de sus ciudadanos.

En estas dos viviendas vemos un tratamiento muy especial que hace Guallart del espacio público y el privado. Se podría decir que cada uno de los dos proyectos representa uno de los dos: El loft en Liria representa la vida privada, una vivienda unifamiliar. La Sharing tower, por contraposición, representa lo colectivo, la vivienda plurifamiliar. No es el típico bloque de viviendas donde conviven varias familiar cada una con un espacio propio bien definido y delimitado, sino que aquí hay espacio que comparten entre ellas para maximizar el espacio útil de cada una. Así, las distintas unidades familiares que lo habiten tendrán su propio espacio privado, pero también son partícipes de un espacio comunal, en el que realicen las acciones del habitar que no requieran privacidad. Por ejemplo, cada persona o familia tiene su dormitorio y baño propios, puesto que las actividades que se desarrollan en ellos requieren de intimidad, por lo que están en células independientes. Pero otras acciones como cocinar, comer o ver la tele no la requieren, por lo que los espacios en los que se realizarán son compartidos entre 2, 4 o 8 de las células habitacionales independientes.


Otro tema interesante es la idea del habitar que se propone. En el caso del loft metropolitano, el planteamiento de la vivienda tradicional se invierte. No es el habitante quien se adapta a los espacios, moviéndose de una estancia a otra en función de la actividad a realizar, sino el propio espacio el que se adapta a las distintas actividades. Así, no hay un lugar para cada acción, sino una "posición" determinada, un estado, de la habitación. Puede parecer que se pierde confort con este planteamiento, pues hay que estar constantemente adaptando el espacio. Pero por el contrario, se gana calidad de vida, pues al no tener que repartir los metros cuadrados en una distribución tradicional de las habitaciones, se gana espacio para cada actividad. Por ejemplo, si tenemos 25 m2 para el salón la cocina y el dormitorio, en lugar de obtener un salón de 10, una cocina de 8 y un dormitorio de 7, las tres estancias tendrán 25 m2.


También se innova en este sentido en la Sharing tower. En este caso plantea que, si hay zonas de la casa que se usan en un reducido porcentaje de su rendimiento, no es necesario que todas se incluyan en una vivienda mínima. Lo que hace es que estos espacios los hace comunes, de forma que una familia puede tener como célula mínima independiente únicamente una estancia para dormir y otra de higiene, y compartir por ejemplo una cocina para cada 2 células, una sala de estar para cada 4 y un lavadero para cada 8. Se plantean diferentes combinaciones como la del ejemplo, y el resultado de superponerlas es esta torre, en la que consigue que cada persona poseyendo únicamente un espacio de 15 m2, disfrute de uno de 90.

No hay comentarios:

Publicar un comentario